Más allá de la "meseta laboral"
Dentro del mercado profesional, el éxito o el ascenso pueden servir de motivación. No obstante, la falta de ofertas de empleo, la brecha de habilidades o la crisis económica, minimizan las posibilidades de progresar dentro de una compañía.
Paralelamente, existen profesionales que han sido capaces de alcanzar la posición más alta dentro de una empresa. Aun siendo este un logro importante, esta situación puede conllevar algunas implicaciones negativas. Algunos problemas relacionados pueden asociarse a un estancamiento profesional, lo que se conoce como "meseta laboral". Este concepto hace referencia a un punto en la carrera de un/a trabajador/a donde sus opciones de ascenso dentro de la organización se ven limitadas, posicionándolo en un trabajo destinado a repetir de forma continua sus actividades y tareas sin perspectiva de promoción laboral.
Existen diversas razones que pueden propiciar esta meseta de carrera. La antigüedad, el tipo de empresa o su tamaño son algunos factores que pueden influir. En este sentido, las empresas familiares o pequeñas son más propensas a desarrollar este emplazamiento, ya que, en este tipo de negocios, la rotación de empleados/as en puestos directivos suele ser menor.
Esta meseta profesional puede impactar de forma negativa en las personas de la siguiente forma:
Falta de motivación
La ausencia de una perspectiva de futuro puede limitar el interés y los objetivos a largo plazo, influyendo en el entusiasmo e interés del o la trabajadora.
Retención de talento
La imposibilidad de desarrollo puede provocar en la persona una necesidad de búsqueda de nuevas oportunidades, valorando un cambio de empleo donde opte a una mejora o nuevos retos profesionales.
Baja productividad
El desinterés puede traducirse en un bajo rendimiento que afecte a su esfuerzo o compromiso con su actual trabajo.
Este tipo de estancamientos profesionales también afectan a la imagen de la organización o la confianza de sus empleados/as. En relación, abordar esta problemática y prevenirla puede contribuir a generar mayor compromiso y motivación. Veamos algunos consejos:
- Programas de desarrollo profesional. Incluir el aprendizaje continuo en cualquier empresa resulta clave para su adaptación a las necesidades del mercado laboral actual. Además, permite mejorar la capacitación de sus empleados/as, a la vez que les impulsa a incluir nuevas perspectivas o a sentirse valorados.
- Creación de nuevos proyectos. La innovación también es una variable interesante para incorporar en cualquier estrategia de negocios. Asignar nuevos proyectos a un/a empleado/a, en esta situación de "meseta laboral", puede devolverle el interés y hacerle recuperar su participación y productividad.
- Clima laboral saludable. El talento resulta esencial para cualquier profesional, y su desarrollo es parte fundamental para que mantenga la proactividad o la motivación. Promover un ambiente positivo y dinámico, donde las oportunidades y la formación estén presentes, beneficia en gran medida a la empresa. Pero, además, supone una implicación directa de la compañía en la integración de unos valores corporativos que ayuden a mejorar la satisfacción y el bienestar de sus empleados/as.
Valorar la superación y el aprendizaje continuo se convierten en una herramienta importante capaz de ayudar a las personas a crear un perfil resiliente. En definitiva, darles opciones de mejora continua hará que sus expectativas y motivación sean siempre una constante.
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